Normalmente nosotros gestionaríamos las cosas de otra manera, ante determinadas situaciones haríamos otro tipo de cosas que ahora no podemos llevar a cabo.
Por ejemplo, si un familiar se pone enfermo, puede ser que nos sintamos culpables si no podemos estar ahí para atenderlo y cuidarlo, si no podemos estar todo el rato o al menos con la frecuencia que nos gustaría en el hospital.
Hoy vamos a centrarnos en cómo gestionar la culpabilidad, cómo gestionar esta emoción que tanto está surgiendo en estos momentos.
1. Reparte la culpa
Esta emoción puede generar en nosotros la sensación de que es nuestra responsabilidad total, el 100%, es muy invasiva y esto nos acaba pesando mucho. Para ello, busca aunque sólo sea un 1% de responsabilidad en otro factor: la situación, las medidas del gobierno,… esto te ayudará a estar más acorde con el contexto y a disminuir y ajustar la emoción.
2. Busca lo que sí puedes controlar.
Hay muchas cosas que están en nuestras manos en esta situación: desde cada día decidir quedarme en casa, adaptar mi trabajo, adelantar otros proyectos, salir lo mínimo para no contribuir al contagio y que otras personas no tengas que vivir quizá una situación similar a la tuya.
Recuerda que esta situación nos ha pillado en la era de la tecnología y eso es una gran suerte. Podemos realizar videollamadas para ver cómo están nuestros familiares, podemos enviar algo que necesite por mensajería. Por tanto, busca lo que puedes controlar y céntrate en ello.
3. Intentar aceptar lo que no está en tu mano.
Como hemos comentado, en otra situación, lo haríamos de otra forma. Pero este es el contexto que tenemos para trabajar y, de momento, no podemos cambiarlo. Acepta lo que no puedes realizar e intenta adaptar lo que sí puedas controlar.
4. Intenta andar aunque sea media hora por casa.
Normalmente caminamos mucho más de lo que estamos haciéndolo ahora y es que esto en condiciones normales nos ayuda a ordenar pensamientos. Ahora no podemos hacerlo por la calle, pero sí por casa. También puedes escribir o dibujar, van a ser grandes aliados para poder ordenar nuestras ideas. Escribe un mini diario de la culpa, sin restricción, sin formalismo, “como salga” y después rómpelo y desahógate. Lo mismo con el dibujo.
5. Reformula las expectativas
Tenemos que hacer un esfuerzo por adaptar de nuevo nuestras expectativas y plantearnos lo que podemos esperar y hacer en esta situación. Así estaremos reduciendo la culpa.
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1º VideoConsulta Gratuita
Fdo.: Cristina Pérez Belmonte
Psicólogos Alicante – Terapia online