Hoy quisiera hablar de cuando la familia de origen de uno de los miembros de la pareja, se entromete en la relación. Actualmente este problema sigue siendo muy frecuente entre las parejas que acuden a terapia. Cuando alguien de la familia de tu novio/a o de la tuya no respeta los límites de intimidad de la pareja, esto casi siempre deriva en problemas entre ambos, pudiendo conducir a la ruptura de la relación.

Y es que, no deja de ser un problema de difícil solución, ¿Cómo poner paz entre dos ámbitos que son importantes para mí?, ¿Cómo hacer que si no se lleven bien, se toleren?, ¿A quién debo darle la razón cuando están claramente enfrentadas dos personas que me importan?

Aunque los chistes de suegras son muy populares, lo cierto es que el mayor porcentaje de enfrentamientos familiares se sitúan entre suegra y nuera, por lo que tomaremos a estas dos figuras como ejemplo en el artículo (aunque es aplicable a cualquier otra persona).

Esta “guerra” puede comenzar con conflictos superficiales como dónde ir a cenar o de vacaciones, llevando a otros más profundos cómo, por ejemplo, cómo se debería criar a un hijo, cuestiones de trabajo, religión, política, etc. Aunque estos conflictos suelen estar presentes desde el inicio de la relación, pueden crecer en una época de importancia para la pareja como el nacimiento de un hijo, una mudanza, cambio de puesto de trabajo, etc. No sólo la pareja debe lidiar con su propia adaptación sino que, además, se suma la problemática de cómo se lo tomará la familia de origen e intentar buscar esta nueva homeostasis para ellos también. Sin duda, más estrés añadido.

Retomando la relación suegra-nuera, es posible que en la base de esta tensión se ubique una “competición” por el amor del marido/mujer e hijo/a. La pareja focalizara la atención en ver si su cónyuge le apoya a él/ella o a su madre. Es posible que se pregunte cosas del estilo ¿realmente quieres formar una nueva familia conmigo o sigue siendo más importante la de tus padres? Por su parte, la madre se plantea a menudo la misma cuestión: ¿Quién es más importante para ti? Al final, quien queda en medio de esta guerra abierta, toma una postura muy incómoda centrándose en el deseo de que ambas personas se lleven mejor. No le apetece tener que elegir y la idea de tener que escoger casi le parece ridícula. Esta actitud, suele desembocar en empeorar la situación ya que ninguna de las dos se sentirá apoyada ni respetada.

Entonces, ¿qué hacer?

La única forma de salir de este dilema es que la persona se posicione del lado de su cónyuge. Aunque puede parecer muy duro, una de las funciones básicas de la pareja es establecer un sentido de solidaridad entre ambos. No es una posición agradable desde luego. La madre puede sentirse herida pero, es más probable que se adapte a la idea de que la familia de su hijo es lo más importante para él. Es indispensable para el éxito de la relación, que el marido sea firme en esto. Esto no supone comprometer sus valores básicos ni mucho menos; pero lo más adecuado sería ponerse al lado de su esposa y fomentar esta visión de equipo. Al fin y al cabo, la pareja necesita establecer sus propias rutinas de familia y debemos insistir en que los padres respeten esto.

Veamos un ejemplo:

Juan y Paula llevan 5 años juntos, acaban de irse a vivir juntos. Todo parece funcionar entre ambos. Se adaptan a la rutina, combinan bien las labores del hogar, se cuidan,… excepto por el hecho de que María, la madre de Juan, ha tenido desde que conoció a  Paula la firme idea de que no era lo suficiente para su hijo. Ella se había preocupado de cuidar y educar a Juan durante 25 años de su vida y opina que nadie podrá cuidarlo como ella lo hace, y mucho menos, Paula. Al conocer que la relación de su hijo parece seguir hacia delante, María comienza a tener visitas frecuentes al nuevo domicilio de la pareja intentando disminuir la intimidad y generar conflicto. Por supuesto, lo consigue. Juan y Paula comienzan a discutir cada vez que su madre acude a casa ya que ella parece poner sus propias reglas y no respetar las que la pareja le comunica. Paula por un lado, le dice a Juan que esa es su casa también, que no se puede permitir que su madre haga y deshaga. María, por otro, le comenta a Juan constantemente lo bien que estaba cuando vivía con ella. ¿Cómo debe actuar Juan? Probablemente se encuentre bastante confuso con esta situación. ¿Sigue dejando hacer a su madre por no enfrentarse a un conflicto con ella (al fin y al cabo le gusta ver a su madre por casa), o se impone y vuelve a remarcar las normas que estableció junto a Paula apoyándola a ella? Obviamente, si Juan quiere que su relación con Paula funcione, deberá hacerle entender a María que esta es su nueva vida ahora y que eso no significa que valore más o menos todo el amor y cariño que tiene hacia su madre. Es una tarea difícil, casi una carrera de fondo, pero manteniendo la postura, lo más probable es que consiga llegar a un equilibrio con ambas partes.

Si tienes problemas con tu familia de origen o la de tu pareja y no sabes ya cómo solucionarlo, consúltanos.

 

Fdo.: Cristina Pérez Belmonte

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