Como habréis podido comprobar, en las redes sociales llevamos varios días hablando del azúcar, de los productos industriales y  todo lo que les rodea. Con ello se han planteado varias cuestiones que hoy nos gustaría explicar y así poner nuestro granito de arena a este batiburrillo de ideas que por ahí se comentan.

Lo primero de todo es que dejemos claro a que nos referimos con azúcar, y porqué decimos que es perjudicial. Cuando hablamos del azúcar nos estamos refiriendo al azúcar libre que según la OMS es lo siguiente:

  • los azúcares añadidos(refinados o sin refinar) a los alimentos por los fabricantes, los cocineros o los consumidores.
  • los azúcares presentes de forma naturalen la miel, los jarabes y los zumos de fruta (naturales e industriales).

NO están incluidos en esta categoría el azúcar presente en frutas y verduras frescas y enteras.

 

Hasta hace unos años, la OMS decía que como mucho el 10% de las calorías que ingerimos al día, podía ser de azúcar. Sin embargo en 2015 cambian esa restricción y lo disminuyen a un 5%, alegando que cuanta menos azúcar se consuma, más beneficios se obtienen para el organismo.

 

Os dejo el enlace a la nota informativa de la OMS en este aspecto, por si queréis saber más.

https://www.who.int/nutrition/publications/guidelines/sugar_intake_information_note_es.pdf?ua=1

Sin embargo llevamos muchos años oyendo de la industria que el azúcar es “importante para cualquier persona ya que es el principal motor del cuerpo”. En este aspecto hay que dejar dos cosas claras: la primera es que  la glucosa es necesaria, y es cierto que el azúcar es una mezcla al 50% de glucosa y fructosa, pero la glucosa la podemos obtener por muchas otras vías, más saludables, que del azúcar libre. Y segundo, es falso que el azúcar sea el principal motor del cuerpo, realmente lo son los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas e incluso los cuerpos cetónicos en determinados casos, que todos ellos se obtienen con la alimentación saludable y sin tener que recurrir a los azúcares.

Está claro que la industria tiene un gran interés en que el azúcar se vea como algo bueno, ya que casi todos los “alimentos” industriales (lo pongo entre comillas porque no los podemos considerar alimentos como tal) llevan azúcares añadidos o presenten de forma natural como azúcar libre (zumos). Esto es básicamente un conflicto de interés. Solo tenéis que ver como ejemplo “El libro blanco del azúcar”, un artículo que en teoría explica que es el azúcar y los beneficios que nos aporta, que, vaya casualidad, está financiado por Coca-Cola.

Con respecto al azúcar, muchos compañeros, han explicado el tema industrial y la problemática con los conflictos de interés. Os recomiendo que leais a Aitor Sanchez hablando sobre el conflicto de interés industrial o a Juan Revenga y su Cocacolonización, donde entre otras cosas nos explica el interés de la industria por intentar que asociemos su marca con la felicidad, la humanización y una serie de aspectos positivos con los que en realidad no tienen nada que ver.

 

El problema del azúcar libre es que va asociado a muchas otras patologías como la obesidad, la diabetes tipo II, síndrome metabólico, hígado graso e incluso cáncer, entre otras. Hay un estudio, entre muchos otros, publicado en 2010, que pone de manifiesto esta relación del azúcar con diferentes patologías y el aumento de riesgo de muerte. El artículo se llama “Estimated Global, Regional, and National Disease Burdens Related to Sugar – Sweetened Beverage consumption in 2010” y pone de manifiesto que un total de 184.000 muertes al año son por las consecuencias del consumo de bebidas azucaradas, de las cuales, 133.000 de ellas son por diabetes, 45.000 por enfermedades cardiovasculares y 6450 debidas a cáncer.

Con respecto a este tema os recomiendo que veáis el siguiente video, que es muy explícito sobre el problema real de las bebidas azucaradas.

Hay países como United Kingdom, donde se estableció hace tiempo un impuesto para este tipo de bebidas que subdividieron en 2 grupos. Aquellas con más de 5 gr de azúcar  por cada 100 ml y las que tenían más de 8 gr por cada 100 ml. Esto se puso en marcha gracias a, entre otras cosas, diferentes estudios de UK donde se pone de manifiesto que al disminuir la cantidad de azúcar en bebidas y alimentos hasta en un 40%, se consigue evitar entre 500.000 casos de sobrepeso y hasta 1.000.000 de casos de obesidad. En España, se ha implantado un impuesto parecido a las bebidas azucaradas, que esperemos que aporte mejoras en la salud de la población.

El problema también es que el azúcar libre no solo se encuentra en bebidas, como hemos visto, sino que podemos encontrarlo en muchos “alimentos” insanos y por desgracia en cantidades demasiado elevadas. Para que os hagáis una idea, los cereales que ponen de desayuno para los niños, tienen más de un 40% de azúcar, ciertos productos “dietéticos”, como algunas tortitas de arroz con chocolate, tiene hasta un 30% de azúcares.

Por no extenderme mucho más, ya que el tema podría dar para escribir un libro, me gustaría terminar con unas posibles soluciones a todo este problema del azúcar, que ya explicó otro compañero en RNE, Julio Basulto. Lo primero es intentar evitar este tipo de productos en nuestra alimentación diaria, recurrir más a frutas y verduras frescas y a menos procesados, lo cual está en nuestras manos como consumidores. Otra posible solución, que depende principalmente del gobierno y la industria, es el disminuir los impuestos en la comida sana (frutas, verduras, pescados, harinas integrales, etc), pero a la cual también podemos contribuir aplicando la ley de la oferta y la demanda. Y por último, y que sí depende de la industria exclusivamente, es el disminuir la cantidad de azúcar en alimentos y bebidas.

 

Fdo.: María Guillén Asensio

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