Llega el verano, empieza el calor y empezamos a quitarnos ropa. Entonces nos damos cuenta de los excesos cometidos durante el año y claro queremos ponerle solución en una semana para poder enfundarnos el biquini. ¿y que hacemos? Recurrimos a las dietas milagros, las cuales vamos a dejar claro que no son buenas para nuestra salud, ni perdemos peso de forma constante y saludable. Pero, ¿qué es exactamente una dieta milagro? Son aquellas que prometen perder mucho peso en muy poco tiempo y sin modificar ningún hábito.

Podemos encontrar diferentes tipos de dietas:

  • Excesivamente hipocalóricas. Son aquellas que nos obligan a comer por debajo de las calorías que nuestro cuerpo necesita para vivir, nuestro metabolismo basal. Nuestro cuerpo necesita un mínimo de energía para funcionar, que los órganos trabajen, etc. Cuando le aportamos menos de esa energía, el cuerpo reduce el metabolismo al mínimo para poder sobrevivir, lo cual, cuando volvemos a comer normal nos provoca un efecto rebote altísimo. Son esas dietas en las que pasamos mucha hambre y cuando nos la dejamos recuperamos 20 kg en lugar de los 10 que habíamos perdido.

 

  • Dietas disociadas: son las que no nos permiten mezclar nutrientes. Aquellas en las que no podemos mezclar hidratos de carbono, con proteínas, con grasas, etc. Hay que tomarlas en horas diferentes. Aquí no me extiendo mucho, solo decir que, a excepción del aceite y el agua, no hay ningún alimento que sea exclusivamente proteína o hidrato o grasa, por lo tanto, esas dietas no tienen mucho sentido.

 

  • Dietas hiperproteicas: son aquellas en las que no podemos probar nada de hidratos de carbono y debemos alimentarnos exclusivamente de proteína. Al retirar los azúcares (tanto simples como compuestos) obligamos al cuerpo a usar otras fuentes de energía, como grasa y proteína, lo que genera una cetoacidosis en sangre y orina. Esto provoca un sobre esfuerzo en hígado, riñones y demás órganos que altera el metabolismo y puede provocar graves problemas de salud. Por eso dietas como la Dukan son tan peligrosas de seguir, sobre todo en sus primeras etapas.

 

  • Dietas monoalimento: son aquellas en las que solo se puede comer una cosa, la dieta de la piña, de la sandía, de la alcachofa, etc. Como os pdeis imaginar este tipo de dietas generan carencias de muchísimos nutrientes, especialmente de vitaminas, minares y energía lo cual altera nuestro metabolismo y luego al igual que en otras dietas el efecto rebote es mayor, pero encima habiendo alterado nuestro organismo por déficit nutricional.

 

  • Dietas “extrañas”: esto directamente no se puede considerar dieta, se trata de hábitos extraños y peligrosos para el organismo. Algunos ejemplos son la dieta de la sonda, la dieta de la luna, etc.

 

Como poedis ver todo este tipo de dietas ponen en riesgo nuestra salud y a la larga no permiten mantener ese peso que nos habíamos planteado.

A la hora de cuidarnos lo que tenemos que hacer, y no me cansaré nunca de repetirlo, es comer bien, comer todo tipo de alimentos frescos (no incluye ultraprocesados, azúcares, productos industriales, etc), incluir al menos 3 o 4 raciones de legumbre a la semana, hidratos integrales, frutas, verduras, pescado e incluso carne.

Se puede conseguir bajar peso y grasa sin hacer locuras, pero hay que tener en cuenta una cosa, si hemos tardado un año entero en coger 7 u 8 kg no podemos pretender perderlos en una semana. Las cosas hay que hacerlas bien y progresivas para no someter al cuerpo a un estrés innecesario.

Lo mejor que podemos hacer es ponernos en manos de un profesional de la nutrición que nos aconseje y nos ayude a cambiar poco a poco los malos hábitos que llevamos. Cuando hagamos eso, nosotros mismos seremos capaces de reconocer en el supermercado los alimentos que debemos usar a diario, los que podemos tomar de vez en cuando y lo que ni si quiera son alimentos y no deberían entrar nunca en nuestro carro de la compra.

Por ello os invito a contactar con vuestro nutricionista, pedirle que os ayude con los hábitos que lleváis de alimentación y compra e intentar estar siempre informados por fuentes fiables y de calidad y no por charlatanes que intenten venderos un producto y no modificar vuestros hábitos.

 

Fdo.: María Guillén Asensio

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