Muchas veces he hablado con personas que comen de manera compulsiva en determinados momentos del día, así como hay personas que comen por estrés, soledad, tensión o incluso nerviosismo. Ante determinadas situaciones estresantes o preocupantes, que superan a la persona o no sabe como afrontar, éstas personas tienden a comer de manera más o menos descontrolada y compulsiva. Y es que, a veces, tendemos a comer por razones muy diferentes al hambre: para tapar el vacío de la soledad, por aburrimiento, por relación social o incluso por la propia ansiedad en sí.

En consulta he odio eso de: “lo que peor llevo de ponerme a dieta es la ansiedad, me da por comer dulce y no puedo parar”. El estrés y la ansiedad a la hora de comer sano es algo que sino controlamos puede llevarnos a comer alimentos desaconsejados, ricos en grasas saturadas y con exceso de azúcar.

Pero no solo el ponernos a dieta puede ser un factor de estrés, el ritmo de vida que llevamos actualmente, el exceso o la falta de trabajo, las distintas situaciones en casa, son cosas que también afectan a nuestro estado de ánimo y pueden agravar esa ansiedad por la comida. Muchas veces la falta de azúcar en sangre agrava este problema ya que nuestro cerebro necesita glucosa para funcionar y las situaciones diarias de estrés generan un gasto mayor de azúcar.

Ese estado de nerviosismo, estrés y ansiedad se puede ver agravado por ciertos alimentos como el café, el alcohol o el exceso de sal. Sin embargo existen alimentos que nos ayudan a combatir ese estrés como pueden ser las frutas y verduras que, debido a su riqueza en ciertas vitaminas y minerales, ayudan a reforzar el sistema inmune, a conciliar el sueño, etc.

Por eso cuando notamos esa sensación de ansiedad, ya sea por el duro día de trabajo, porque me he puesto a dieta o porque ha surgido cualquier problema, lo mejor es aportar al cuerpo vitaminas y azúcar a base de frutas en lugar de con productos industriales ricos en grasas saturadas.

Además a largo plazo, organizar nuestra ingesta nutricional es la mejor forma de mantener constante el nivel de azúcar en sangre, mantenernos de buen humor y no ganar peso en el proceso. La mejor forma de conseguirlo es seguir una dieta que sea lo más equilibrada posible.  Esto debería permitirnos evitar los picos y caídas de fluctuaciones en el nivel de azúcar en sangre, y las variaciones anímicas que causan.

Además del estrés existe otro estado de ánimo que podemos vincular mucho con la alimentación, y me refiero a la depresión. La depresión entre otras cosas se debe a la falta de serotonina, un neurotransmisor cerebral. La serotonina se sintetiza a partir de un aminoácido el triptófano, que debe ser incorporado en la dieta diaria, ya que el cuerpo no lo produce. Por eso, los alimentos ricos en triptófano funcionan como antidepresivos naturales.

Estudios científicos han demostrado que el aumento de serotonina se relaciona con una sensación de bienestar, relajación, mayor autoestima y concentración. Además, la serotonina establece un equilibrio con otros neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, relacionados con el miedo, la angustia, la ansiedad, la irritabilidad y los trastornos alimenticios. Por otra parte, es necesaria para la formación de melatonina, relacionada con la regulación del sueño. También la falta de serotonina se asocia con los comportamientos compulsivos de las adicciones.

En cuanto a la alimentación podemos encontrar muchos alimentos ricos en triptófano como el pavo, el pollo, la leche, el queso, el pescado, los huevos, el tofu, la soja, las semillas de ajonjolí y de calabaza y las nueces. Sin embargo, para sintetizar serotonina, el cuerpo necesita además de triptófano, ácidos grasos omega 3, magnesio y zinc. Por eso, alimentos ricos en magnesio como los plátanos, las nueces, las legumbres, las verduras y el germen de trigo, también son considerados antidepresivos naturales, ya que actúan produciendo un aumento de la serotonina.

Por ello lo más conveniente para controlar los distintos estado de ánimos, para encontrarnos mejor y evitar posibles enfermedades es, como ya hemos comentado muchas veces, llevar unos hábitos saludables, comer sano, hacer ejercicio, mejorar tus relaciones con los demás y aprender a superar ese estrés y ansiedad siempre con actitud positiva.

Si crees que tu alimentación se guía por tu estado de ánimo, contacta con nosotros. Te daremos las claves para llevar hábitos saludables adaptados a tu estilo de vida.

Fdo.: María Guillén Asensio.

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