Es bien sabido por todos que el divorcio está a la orden del día. Las tasas de separación y de divorcio no han parado de crecer sostenidamente durante las dos décadas de vigencia de la Ley de Divorcio aprobada al comienzo de los años 80. Cada vez es más frecuente en nuestra sociedad encontrar a alguien en cuyo entorno próximo ha habido una separación o un divorcio.
A nivel psicológico es importante partir de la base de que el divorcio saludable:
- Requiere un proceso de duelo, pues es una pérdida.
- Debe abordarse como una forma de crecimiento personal y no un fracaso.
- El divorcio no rompe el sistema familiar, sólo lo hace más complejo.
- Respecto a los hijos, lo que va a afectar a su evolución psicológica, no es el divorcio en sí sino el lugar que el niño ocupa en este conflicto, y esto depende en gran medida de cómo aborden el problema los padres.
- Tras la separación, es imprescindible separar los subsistemas parental y conyugal. Los cónyuges dejan de ser pareja pero no dejan de ser padres.
¿Qué diferencia un divorcio saludable de un divorcio destructivo?
Divorcio SALUDABLE
- Supone una reorganización familiar.
- Se disocia la parte conyugal (pareja) de lo parental (relación padres/hijos).
- Se acepta el dolor por la pérdida (elaboración del duelo)
- Existe una escasa involucración de las familias de origen y otros. Se estrablecen unos límites claros
- El vínculo paterno-filial permanece.
Divorcio DESTRUCTIVO:
- Supone una desorganización familiar
- No se protege a los hijos del conflicto conyugal, haciéndolos partícipes del mismo
- Se ignora el dolor centrando la atención en la necesidad de ganar y denigrar al ex-cónyuge.
- Existe una sobreinvolucración de las familias de origen, hijos u otros. Los límites son difusos.
- Se ve afectado o se disuelve el vínculo paterno-filial.
Todo proceso de divorcio supone un momento de crisis, un momento de caos en el sistema y familiar y como tal se debe afrontar. La funcionalidad de la familia depende de la capacidad de la misma para adaptarse a los cambios y afrontarlos. La separación o el divorcio conllevan una situación en la que la familia se ve implicada en un proceso de cambio de las relaciones mutuas, y muy particularmente de las reglas que regulan estas relaciones.
En Inicia Sarabia Psicología tenemos muy presente la necesidad de un alto porcentaje de la población que pasa por estos momentos de crisis en la familia. Contar con unas estrategias adecuadas para afrontar el cambio que supone un proceso de divorcio, es primordial para la salud propia y la de los hijos.
Si te has separado o divorciado y tienes hijos, es posible que te hayas hecho preguntas como ¿Qué sería mejor ahora para mis hijos? ¿Qué cosas pueden contribuir a que ellos afronten esto con el menor coste posible? o Si voy a disputarme la custodia con mi ex ¿qué tengo a mi favor y en contra para conseguirla? Desde Inicia Sarabia Psicología queremos dar respuesta a tus preguntas y acompañarte para la más favorable gestión de esta crisis.
Fdo.: Natalia Gracia Sánchez