Hay niños/as que se resisten  a ir a clase o que hacen novillos, pero algunos sienten  verdadero terror a ir al cole. Esto es lo que se conoce como fobia escolar y a continuación vais a conocer un poco mejor en qué consiste.

A lo largo de su desarrollo, los niños presentan miedos  considerados como evolutivos pues pueden entenderse como normales para la etapa en la que se encuentran. Sin embargo, cuando estos miedos  no aparecen en dicha etapa y son demasiados  persistentes, frecuentes  o intensos, tanto como para interferir en el funcionamiento cotidiano del pequeño, pasamos  de considerarlos miedos a llamarlos “fobias”. Por el ámbito al que afecta y a sus repercusiones, la fobia escolar es uno de los trastornos de ansiedad infantil más incapacitante y que afecta  de una forma negativa al desarrollo del niño/a. ¿en qué consiste?

El signo más evidente de que estamos ante un caso de fobia escolar, es la negativa de no querer ir al colegio. Pero no todos aquellos que se niegan a ir al colegio sufren  de esta condición psicológica, ya que  deben tener en cuenta además una sintomatología específica.

Entre los síntomas más destacados tenemos:

  1. Elevado nivel de ansiedad de tener que ir al colegio, manifestado en forma de llanto, quejas somáticas, palidez, náuseas, vómitos, diarrea, mareos, palpitaciones, anorexia, sudoración excesiva o incluso ataques de pánico.

Esto es bastante penoso para los padres, ya que no son capaces de ayudar a sus hijos/as a aliviar estos síntomas.

  1. Pueden darse síntomas depresivos aunque son menos frecuentes, como anhedonía, tristeza o sentimientos de inseguridad.
  2. A medida que se va acercando el momento de llegar al colegio, algunos niños/as pueden tener dolores de cabeza y/o dolor de estómago.
  3. Problemas de sueño, dificultad para conciliarlo y/o pesadillas de tener que ir al colegio también son frecuentes.
  4. Problemas de comportamiento como pueden ser rabietas, sentir miedo o pegarse literalmente a los brazos de su madre/padre.
  5. Temor relacionado con el colegio sin saber muy bien especificar a qué y pensamientos irracionales sobre su miedo de ir al colegio.
  6. A nivel emocional, puede aparecer explosiones de mal humor, temor.

Estos síntomas suelen ser más intensos por la mañana y/o horas antes de tener que asistir al colegio y mejoran durante el día, empeorando  de nuevo por la noche. Desaparecen en vacaciones  o si el niño/a se queda en casa. Son más frecuentes los domingos por la noche y los lunes por la mañana, y después de los periodos de vacaciones.

En ocasiones, una vez en el colegio los síntomas desaparecen y no vuelven a aparecer hasta el día siguiente, ante la perspectiva de ir  de nuevo al colegio.

Entre los factores precipitantes que pueden dar lugar a miedo a ir al colegio son:

  1. Problemas familiares como muerte de un ser querido, divorcio o separación de los padres u otros acontecimientos estresantes como cambio de colegio.
  2. Problemas académicos en niños/as con bajo rendimiento o donde las expectativas y valoración son vistas como muy altas.
  3. Problemas con otros niños/as, por ejemplo ser acosado y humillado por otros niños/as.
  4. Problemas con su aspecto físico y apariencia o defectos físicos de su imagen.

Es importante tener en cuenta el trastorno de ansiedad por separación, ya que puede confundirse con el miedo a ir al colegio. En este caso el miedo también estaría en la simple idea de separarse de su figura de apego. De hecho, incluso cuando están en casa no se separan de esa figura.

 

Y como padres ¿Qué podemos hacer?:

  1. Hable con su hijo sobre su temor a ir al colegio.
  2. El primer objetivo es conseguir la asistencia a clase lo antes posible. Una vez que la asistencia a clase se ha hecho regular, muchos de los síntomas de ansiedad y depresión desaparecen. Retrasar su incorporación suele llevar a una complicación evolutiva.
  3. Es útil que ambos padres estén en casa a la hora de ir al colegio, y que le acompañen. A veces, cuando el niño/a ve que los padres quieren que vaya a clase, deja de resistirse a ir.
  4. Intenta que alguien del colegio recoja al niño en la puerta y le acompañe a clase.
  5. El niño debe acudir a una clase en la que  tenga amigos o su profesor sea de confianza para él.
  6. Es bueno acudir al colegio en horas en que no haya clase para que se familiarice con el centro.
  7. Evitar el sobre proteccionismo del niño/a.
  8. Recompense al niño por su atención. Establece un sistema formal de recompensas.
  9. Evita alimentar con vuestras opiniones, los comentarios negativos del niño/a sobre el centro y la escolaridad.
  10. Organiza una rutina diaria en cuanto a horarios y normas.
  11. Fomenta las amistades escolares para que se establezcan también fuera del centro escolar.

En Inicia Sarabia Psicología, identificamos qué está causando o manteniendo esa conducta y desarrollamos un plan comprensivo de intervención para el niño/a y garantizamos una adecuada  orientación y asesoramiento a padres para que conozca el origen del problema y la necesidad de no prolongar el absentismo.

 

Fdo.: Laura Llinares Espí

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