La adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la edad adulta, principio de grandes cambios donde empiezan a tomar sus propias decisiones y a ser responsables de sus consecuencias, sean buenas o malas. Es una etapa de grandes contradicciones, por un lado empiezan a tener mayores libertades, mas independencia pero otras parece que el mundo va en su contra y que nadie les entiende. Es tiempo de desarrollo y cambios físicos, de nuevas ideas, momento de crear su propia identidad y con ella establecer fortísimas relaciones sociales, haciendo más complicada esta etapa ya que enmarcará el futuro de la vida adulta.

Todos estos cambios, sumados a factores del entorno y del propio adolescente, pueden dar lugar a diferentes trastornos de la adolescencia clasificados en dos categorías:

  • Problemas emocionales y del comportamiento: trastornos del ánimo (ansiedad, estrés, depresión), trastornos de conducta alimenticias (anorexia y bulimia), crisis de la adolescencia (aislamiento, timidez, agresividad, rebeldía, obsesiones, ansiedad en relación a la orientación e identidad sexual, orientación laboral) y los trastornos de conductas adictivas por sustancias como el alcohol y/o las drogas o por el uso/abuso de nuevas tecnologías.

 

  • Problemas escolares y relacionados con el aprendizaje: dificultades o fracaso escolar por falta de técnicas de estudio, desorientación laboral y trastorno de déficit de atención, que se puede dar con o sin hiperactividad.

En esta etapa la familia y los amigos cobra un papel protagonista. Por un lado, el papel de los padres experimenta un cambio radical, pasando de ser la figura referente de apego y seguridad a la de autoridad, restricciones y falta de libertad, en algunos casos. Los adolescentes buscan ser más independientes y autosuficientes. Esto hace que entren en disputa los deseos de guiar, aconsejar y proteger por parte de los padres y las ganas de vivir, experimentar y conocer cosas nuevas por parte de los adolescentes, causando un importante aumento de los conflictos filo-parentales (discusiones, mala comunicación, retos, desobediencia y rebeldía). Por otro, los amigos y las relaciones sociales pasan a ser el centro de interés de los adolescentes. La identidad y pertenencia a un grupo así como la opinión y valoración de los demás hacia uno mismo es crucial y tiene gran influencia en la determinación del estilo personal del adolescente, pudiendo causar problemas en cuanto a habilidades sociales de comunicación y relación con los demás, timidez, fobia social, aislamiento, entre otros.

Algunos síntomas de los trastornos de la adolescencia más comunes que pueden ser indicativo de que algo no va bien son:

Trastornos del estado de ánimo y de comportamiento: cansancio, dolores de cabeza, de espalda u otras molestias, comer, beber o fumar en exceso, actitud depresiva, tristeza, llanto y desesperanza, pérdida del interés por casi toda actividad, nerviosismo, miedos irracionales, inquietud y ánimo preocupado, brotes de mal genio (rabietas), repentinas fugas del hogar, sensación de ahogo,de pérdida de consciencia, mareos, náuseas, alteraciones en el sueño, excesiva pulcritud en el arreglo del material escolar, la habitación, evitar tocar determinadas cosas que haya podido tocar otros, miedo excesivo a ganar peso, alteración en la percepción del peso o la silueta corporal, restricción crónica de comida, el someterse a una dieta severa.

Problemas de relación y habilidad social: retraimiento social y excesiva timidez, enrojecimiento, temblor de manos, sudores o tartamudeo al hablar en público, huye situaciones sociales, palpitaciones, autovaloraciones negativas.

Problemas escolares y de aprendizaje: malas notas, llamadas del centro escolar, dificultades para concentrarse, para entender el sentido de las cosas, dejar las tareas a medias, conflicto con los compañeros y personal del centro, excesivos olvidos y descuidos, pérdida de objetos,

Como en todas las etapas del desarrollo el papel de los padres es fundamental para guiar, aconsejar y apoyar a nuestros hijos cuando es necesario. Por ellos, si detectamos varias de estas señales en nuestros adolescentes, es necesario contactar con un profesional en la materia. “El tiempo lo cura todo” es algo que todos piensan, pero en muchos casos no es así y esperamos y esperamos hasta que el problema se afianza, momento en el que decidimos actuar. En la prevención está el éxito.

 

Fdo.: Laura Llinares Espí

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