¿Has sufrido o presenciado algún accidente de tráfico? ¿El estrés laboral, el cansancio o los problemas familiares y económicos provocan que conducir sea una pesadilla? ¿Conducir en situaciones concretas como lloviendo, en ciudad o autovía, en una incorporación te generan gran angustia?
El miedo o fobia a conducir es más común de lo que pensamos. Se trata del miedo irracional, intenso y descontrolado ante la situación o anticipación de estar conduciendo un vehículo, así como conducir bajo situaciones con características concretas. Miedo a la sensación de manejar el coche, pensar en el peligro de hacer daño a otros o a uno mismo, o a no poder controla el vehículo
Algo tan rutinario como conducir o montar en coche puede resultar traumático para muchos. Suele tener mayor incidencia en mujeres y en población entre 35 y 50 años.
Las personas con fobia a conducir ven su miedo avivado por pensamientos catastróficos relacionados con perder el control, tener un accidente, morir o causar la muerte de otros.
A nivel físico sienten elevados niveles de ansiedad experimentando rigidez y tensión muscular, disminución del campo visual o visión borrosa, sudoración, mareos, palpitaciones, aumento del ritmo cardíaco y respiratorio, temblor, muchas veces paralizantes causando en la persona un bloqueo físico y cognitivo que disminuye su capacidad de reacción y percepción de las señales.
En definitiva, un miedo que condiciona en gran medida la vida de aquel que lo sufre. La gravedad varía en función de la dificultad, las limitaciones y el grado de malestar que se experimenta.
Algunos conductores tienen fobia a situaciones concretas: miedo a los parking, túneles, a los días de lluvia, a las autovias, aunque los miedos más comunes son adelantar a los camiones y conducir de noche.
Para no aparcar el coche de por vida, con la intención de ponerle fin a este sufrimiento, la persona evitan coger el coche en circunstancias específicas (ir solos en el coche, circular por vías desconocidas o autovías, atravesar túneles, conducir de noche, con lluvia, conducir a alta velocidad, circular por el carril izquierdo, etc) poniendo parches a su problema, aunque en los casos más severos directamente no conducen.
En estos trucos que la persona realiza para aliviar su malestar está la clave. Son estos parches los que a la larga mantienen y generalizan su problema haciendo caer al individuo en lo que llamamos la trampa de la ansiedad.
El miedo a conducir afecta significativamente en el día a día de la persona que lo padece, causando consecuencias negativas como rechazo o pérdidas de trabajos en los que se requiere conducir, dependencia de otra persona para desplazarse o la necesidad de ir siempre acompañado en el coche, causando, en muchos casos, un deterioro de su autoestima, sensación incompetente, inferioridad y frustración.
¿Cómo podemos superar nuestro miedo?
Para superar y controlar la ansiedad en el volante tendremos dos objetivos. Por un lado, a través de estrategias cognitivas, nuestro objetivo será identificar aquellos pensamientos que nos bloquean y nos limitan, aquellos pensamientos catastróficos que potencian nuestro miedo y nuestras sensaciones negativas. Por otro, a través de técnicas conductuales, de forma gradual iremos afrontando situaciones que nos causan malestar, comenzando por situaciones simuladas hasta llegar a nivel de exposición a situaciones reales siempre acompañado, controlado y guiado por un profesional.
Que el miedo a conducir no te domine, no caigas en la trampa de la ansiedad. Con exposición gradual guiada siempre por un profesional vencerás tus miedos. ¡Rompe barreras y límites!
Fdo.: Cristina Sarabia Pérez.