Cerramos el 2015 abriendo paso al 2016 y con él, un listado lleno de propósitos y nuevos retos por los que esforzarse a lo largo del nuevo año: “Este año sí que sí”, “Año nuevo vida nueva” “Este es mi año” os sonará. Pero ¿Por qué nos planteamos estos propósitos ahora y no en cualquier otro momento del año? ¿Qué tiene el mes de Enero que desata nuestra motivación y fuerza de voluntad? ¿Por qué no cualquier otro día de cualquier otro mes?
Es habitual tender a poner límites al tiempo dividiéndolo en etapas, épocas, fases especialmente poniendo un punto y aparte que ponga fin, un “hasta aquí” pasando página o dando carpetazo.
La Navidad es una fecha que nos hace estar más sensibles emocionalmente. Es diciembre, se acaba el año y sumamos una cifra más. Percibimos el tiempo pasar de forma efímera y con él, intenciones y objetivos que se quedan a la cola aumentando nuestra frustración, ansiedad e impotencia porque el tiempo se nos escapa entre los dedos. Nos plantemos distintas cuestiones, reflexionamos sobre la vida, sobre la gente que queremos y sobre nosotros mismos; y llegado el día 31 el ritual de las 12 campanadas simboliza el fin de un temporada para darle la bienvenida a un tiempo nuevo arrancando con el mes de enero, el mes 1 de los 12 que componen el año y que tenemos para intentar ser lo que queremos ser.
Podríamos decir que la última campanada es el pistoletazo de salida de la carrera del año nuevo con salida el mes de enero, mes de nuevas oportunidades, convencimiento y decisión. Empezamos la carrera frescos y llenos de energía, dispuestos a batir todos los récords, pero conforme avanza la carrera del año hemos de reconocer que nuestras fuerzas aflojan y nuestros propósitos quedan en el camino. Y es que las intenciones son buenas, de hecho son el primer paso para el cambio, pero la cuestión está en determinar metas y expectativas realistas y alcanzables.
¿Cómo podemos establecer objetivos realistas?
Tomando papel y boli elabora, siguiendo estos sencillos, pasos tu mapa de propósitos:
- En un extremo anota cuál es tu situación actual.
- En el lado opuesto anota cuál es la situación/metas que quieres conseguir.
- Escribe de qué recursos dispones en el momento actual para conseguirlo (habilidades, materiales, conocimientos…)
- Apunta qué necesitas para conseguirlo.
- Hazte con aquello que te falte.
- Una vez claro objetivos y recursos necesarios, divide tu propósito en pasos sencillos.
- Planifica cuándo hacer cada paso y cuánto tiempo debes dedicar a cada uno.
- Busca un cómplice aliado que te anime, al que contarle tus propósitos y logros.
- ¡Ponte en marcha!
- Prémiate por tus logros.
El secreto de conseguir lo que quieres está en ser constante.
Fdo.: Cristina Sarabia Pérez