Alimentar el ego y la competitividad en el ámbito del ejercicio parecen formar parte de esta nueva tendencia en la esfera de las adicciones que reciente, comienza a llamar la atención de los profesionales del deporte y la salud.

En la mayoría de los casos, el impulso a moverse y participar en competiciones no supone una conducta patológica, sino que consiste en una actividad positiva frente al reto deportivo.

Los adictos al deporte tienden a descuidar las relaciones con los amigos y la familia: incluso pueden llegar a separarse de la pareja. Sus pensamientos solo giran en torno al deporte y a entrenarse. Cada vez necesitan más dosis de ejercicio mayor para alcanzar el mismo grado de satisfacción. Algunos individuos asumen lesiones físicas graves. Cuando esas personas no pueden practicar deporte, aparecen los síntomas de abstinencia. Se muestran intranquilas, irritables, caprichosas y agresivas.

Esto ocurre porque el cerebro libera determinados neurotransmisores entre los que se encuentran la betaendorfina, un opiáceo endógeno que reduce la sensación de dolor a la vez que produce un estado de euforia. Al practicar deporte de manera habitual, la concentración de este neurotransmisor aumenta.

En cuanto al tratamiento terapéutico de la adicción al deporte, el objetivo de este a largo plazo, es que el paciente puede llegar ha hacer ejercicio de modo saludable y moderado a través de terapias cognitivo-conductuales y que poco a poco pueda rehacer todo lo que debido a este problema, se ha visto truncado en su vida.

Pero, ¿como saber si el deporte que antes era algo positivo en mi vida, ahora se ha convertido en un problema para mi?

Si al leer este articulo te has visto reflejado en alguno de los puntos, es posible que estés teniendo problemas  en relación a este tema. Si  quieres trabajar en él para mejorar tu vida , no dudes en CONTACTAR CON NOSOTROS y PEDIR INFORMACIÓN.

Fdo: Judith Sarrió Esquembre

Artículos recientes
adición a las nuevas tecnologías